"Una lesión cerebral de extensión limitada que interesa el hemisferio izquierdo de un diestro puede hacerle perder la capacidad de utilizar el lenguaje como medio de comunicación y como medio de representación simbólica: el sujeto no puede expresarse oralmente o por escrito de manera inteligible: deja de descifrar los mensajes que recibe en forma de lenguaje hablado o escrito. Este hecho fundamental, establecido por las observaciones de Dax, de Broca, de Wernicke, ha sido el punto de partida de las investigaciones que desde hace cien años ha probado de precisar las relaciones que unen la función del lenguaje a los dispositivos neuronales de la corteza cerebral. El término "afasia" se utiliza, desde Trousseau, para designar las perturbaciones del lenguaje que resultan de una tal lesión"
pag.128 Manual de Neurología / J. Cambier - M. Masson

jueves, 26 de enero de 2012

Manifiesto Grupo Afasia


Surcando las manos maduradas de los obreros y los niños de dedos largos, abrimos la boca sin pronunciar palabras, inventando una herramienta distinta al lenguaje. Ésta es la idea, pero idea, necesariamente intuitiva. Cosechamos sin sembrar en el lugar correcto, sobreviviendo de ésta extravagante manera a la radiación, conociendo al Señor Lenguaje después de luchar contra las manías estúpidas de control político, botánico, artístico, ciempiés de polvos adictivos, enfermedades de caridad, sumillas y argumentos.

Detectamos desde que abrimos la boca e intentamos liberar tensiones, en ése breve ímpetu traicionero acorralamos al agente secreto de la zona enemiga. Humillado en su propio juego cantó todo; nos enseñó que su jefe, el Lenguaje, era solo más de lo mismo (solo que divinizado): un jefe monopolizador de monopolios de expresión involuntaria.

Actualmente, pertenecemos a la zona afásica, y encontramos a nuestros ancestros, pues desde que el hombre descubrió a Lenguaje, ha intentado librarse de él por medio del arte. Es una obviedad, pero los niveles de dificultad propuestos por organismos gubernamentales, infectados por éste jefe, nos bombardean diariamente. Cuando decimos toda esta experiencia, el programa de defensa parasitaria surte efecto, vemos a esos viejos, a los que nosotros sabemos, utilizan como putas, riéndose de nosotros, levantando manuales o poemas siempre inservibles. Ustedes reaccionan con humor ante nuestra línea de defensa?, ustedes que todas las noches llegan y consumen los refritos que sus héroes escribieron, y besan el culo de agentes encubiertos, y rompen niños al obligarlos a leer aquellos cuentos, impresos en serie?. No, ustedes son los muchachitos inteligentes del “vete al desvío”, y comprenden perfectamente, no les parece desconocido lo planteado, ni el hecho de vernos las caras cuando se nos acaban las palabras y preferir callar.

El reino es de otro rubro, en él descubrimos que somos polis de aquí, como tu y como alguien más, y aceptamos el trabajito sucio, catalogar los reiterados intentos por dañar el lenguaje humano, como si un viejo beat nos indicara una falsa puerta, a veces no tan falsa como la dibujan en las paredes. Si te unes, muchas aves de rapiña, snobs adictos a ser la mascota de una ideología (falso porque es discurso, lenguaje), colas de cables eléctricos; te darán la bienvenida, pues todo el mundo, construido en base a necias verdades y a monumentos, y a la dulce historia de la vida –lietralmente literal, es decir, falsa y ofensiva; son miembros de un sistema inmunológico de palabras al cuál tú te opondrás.

Y los Super-hombres son los ogros, herederos de las pastillas de metamorfosis, del ritmo incuestionable (pues no abandonaremos el ritmo nunca, pero éste será el de un Ogro, o un caracol), de las tribus africanas carentes de un “yo”.  Proclamaremos no solo la libertad de casilleros métricos, pues esto nunca fue lo que necesitábamos… sino la independencia de la estructura misma, de los discursos de poder, del utensilio, de las palabras en sí. Entendemos, que el tiempo de duración de miles de movimientos literarios, es el tiempo en el cuál una poesía brillante se resiste a la mierda, a la neurosis de sus creadores (que solo en trance, a veces, no se encuentran completamente contaminados)

Ya nos perfilamos, los afásicos correteando en las aceras, doblandolo todo, sometiendo con nuestra reveladora navaja al Señor Lenguaje; en tu idioma: sorbiendo el camino en vez de andarlo; cantando, sin labios.